La Última Cena fue el momento en el que Jesús se reunió
con los doce apóstoles para despedirse de ellos antes de su muerte. Además,
durante esta cena les anunció que uno de ellos le traicionaría, dando a
entender que era Judas Iscariote.
El Lavatorio de
los pies
Jesús en este pasaje del Evangelio nos enseña a servir
con humildad y de corazón a los demás. Este es el mejor camino para seguir a
Jesús y para demostrarle nuestra fe en Él. Recordar que esta no es la única vez
que Jesús nos habla acerca del servicio. Debemos procurar esta virtud para
nuestra vida de todos los días. Vivir como servidores unos de otros.
La institución de
la Eucaristía y del Sacerdocio
Este es el día en que se instituyó la Eucaristía, el sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo bajo las especies de pan y vino. Cristo tuvo la Última Cena con sus apóstoles y por el gran amor que nos tiene, se quedó con nosotros en la Eucaristía, para guiarnos en el camino de la salvación.
Todos estamos invitados a celebrar la cena instituida por Jesús. Esta noche santa, Cristo nos deja su Cuerpo y su Sangre. Revivamos este gran don y comprometámonos a servir a nuestros hermanos.
La oración de
Jesús en el Huerto de Getsemaní.
Reflexionemos con Jesús en lo que sentía en estos
momentos: su miedo, la angustia ante la muerte, la tristeza por ser
traicionado, su soledad, su compromiso por cumplir la voluntad de Dios, su
obediencia a Dios Padre y su confianza en Él. Las virtudes que nos enseña Jesús
este día, entre otras, son la obediencia, la generosidad y la humildad.
El beso de Judas y prendimiento de Jesús
Jesús, que se encontraba con sus discípulos en el huerto de los olivos
(Getsemaní), es identificado al recibir el Beso de Judas (una señal convenida,
y símbolo de su traición), y arrestado por el Ejército del Sanedrín, que le
conducirá ante distintas instancias que debatirán su enjuiciamiento
Día de la Caridad
El Jueves Santo es también el día de la caridad y de
Cáritas. El objetivo de esto no es llevar a cabo una colecta para los pobres,
sino más bien, para llamar a vivir la fraternidad y hacer vida real el
mandamiento nuevo del amor, compartiendo el pan y el vino en actitud de servicio
VIERNES SANTO
El Viernes Santo significa el recuerdo de la crucifixión
de Jesucristo, quien murió en la cruz por la salvación de la humanidad. Se
considera un día de luto y penitencia.
La Pasión comienza con la condena a muerte de Jesús por
parte del romano Poncio Pilatos tras proclamarse Rey de los Judíos y representa
aquellos sufrimientos que soportó en el camino a la cruz en el Monte Calvario.
Tras la decisión de Pilatos, Jesús fue despojado de sus
ropas, golpeado y agredido con piedras. Luego le colocaron una corona de
espinas y le hicieron cargar con su propia cruz hasta el Monte Gólgota (Monte
Calvario), en las afueras de Jerusalén. Allí fue crucificado junto a dos
ladrones y bajo un cartel que decía: “Jesús el Nazareno, Rey de los Judíos”.
El
Vía Crucis
El Vía Crucis es una práctica devocional católica que
conmemora los momentos de la pasión de Cristo. Se realiza el Viernes Santo y
los viernes de Cuaresma.
Para recordar el sufrimiento de Jesús, los cristianos
reviven las etapas de su muerte, divididas en 14 estaciones. Desde su condena a
muerte hasta su entierro. Por cada una de ellas, se reza una oración en el Vía
Crucis. El color litúrgico es el rojo, en honor a la sangre derramada por
Jesucristo.
Debe hacerse caminando, deteniéndose en cada estación,
para recordar el camino de Jesús al Calvario. Es por eso que las imágenes o
estaciones de la representación del Vía Crucis están en las paredes del templo.
Para rezar el viacrucis, los fieles caminan en procesión, representando el duro
camino que tuvo que atravesar Jesús hasta el Monte Calvario.
SEMANA SANTA EN VALDEPEÑAS
ACTIVIDAD:
Realizar un dibujo de estos día tan importantes de la Semana Santa
La Semana Santa recrea los últimos días de Cristo en la
Tierra, siendo la Pasión, la Muerte y la Resurrección los pilares principales
de estas fechas.
La Semana Santa dura una semana completa y comienza el
Domingo de Ramos, que es el día en el que las personas acuden a la iglesia para
escuchar la misa y recordar así los últimos días de Jesús.
Los días más importantes de la Semana Santa son:
El Domingo de Ramos: Es el día que comienza el periodo de
Semana Santa, este día se rememora la llegada de Jesús a Jerusalén. A su
llegada, la gente recibió con gran alegría la llegada del Mesías y para
demostrar su emoción, agitaban palmeras como símbolo de su emoción.
Durante el lunes, martes y miércoles Santo, se celebran
muchas procesiones para recordar cómo fueron esos días de Jesús y la traición
de su amigo Judas, que por tan solo 30 denarios (la moneda de aquel pueblo en
aquella época), vendió a su amigo ante las autoridades.
El Jueves Santo es uno de los días más importantes. Este
día, se rememora la última cena que Jesús celebró con todos sus apóstoles para
despedirse de ellos. Como gesto de amor, Jesús lavó los pies de cada uno de
ellos, incluso a Judas, aun sabiendo que lo iba a traicionar.
El Viernes Santo murió Jesús. Durante todo ese día, Jesús
tuvo que sufrir muchas penurias hasta que finalmente murió en la cruz. La
justicia de aquella época no era como la de ahora y no existió un juicio justo
para él.
El Sábado Santo está dedicado a María, la madre de Jesús. La
pobre mamá de Jesús vivió con él todo su sufrimiento durante el Vía Crucis y
por ello, el sábado Santo está dedicado a honrar la imagen de la madre
sufridora de Jesús.
El Domingo de Pascua o de Resurrección, es el último día de
celebraciones de la Semana Santa. Este día se celebra que Jesús resucitó y por
ello es un día de fiesta y felicidad. Este día también es conocido como Pascua,
esta palabra significa paso y en la Pascua se celebra que Jesús dio el paso de
la muerte a la vida eterna.
ACTIVIDAD:
Copia los textos y días de la Semana Santa
CONCURSO DE DIBUJO DE SEMANA SANTA
El Grupo Infantil de la Hermandad de Misericordia y Palma
organiza su XI Concurso de Dibujo Escolar con el título "La Hermandad de
Misericordia y Palma en la Semana Santa de Valdepeñas".
Según las bases del concurso, podrán participar todos los
niños y jóvenes de la hermandad, de todos los centros educativos de la ciudad.
Se establecerán tres categorías: la primera para niños de
1º y 2º de Educación Primaria, la segunda para niños de 3º y 4º de Educación
Primaria y la tercera para niños de 5º y 6º de Educación Primaria, según
informa la hermandad en nota de prensa.
El tema establecido es “La Hermandad de Misericordia y
Palma en la Semana Santa de Valdepeñas”, siendo la técnica del trabajo libre.
El plazo de entrega es hasta el martes, 8 de abril. Los
trabajos podrán entregarse en los centros educativos, en la Casa Hermandad.
Realiza un dibujo sobre la parábola del siervo despiadado
La parábola del siervo despiadado, que se encuentra en Mateo
18, 21-35, es una enseñanza profunda de Jesús que aborda los temas del perdón,
la misericordia y la propensión del corazón humano hacia la falta de perdón.
Esta parábola es significativa por varias razones, y comprender su contexto y
los significados más profundos incrustados en ella puede ofrecer valiosas ideas
sobre la vida cristiana y la naturaleza del reino de Dios.
Para empezar, la parábola es introducida por una pregunta de
Pedro, uno de los discípulos más cercanos de Jesús. Pedro pregunta:
"Señor, ¿Cuántas veces debo perdonar a mi hermano o hermana que peca
contra mí? ¿Hasta siete veces?" (Mateo 18,21). La pregunta de Pedro
refleja una enseñanza rabínica común de la época, que sugería que perdonar a
alguien tres veces era suficiente. Al proponer siete veces, Pedro probablemente
pensó que estaba siendo extremadamente generoso. Sin embargo, la respuesta de
Jesús, "Te digo, no hasta siete veces, sino hasta setenta y siete veces"
(Mateo 18,22), indica que el perdón debe ser ilimitado, superando con creces
las expectativas y estándares humanos.
Jesús luego cuenta la parábola para ilustrar su punto. En la
historia, un rey decide ajustar cuentas con sus siervos. Un siervo, que debe
una cantidad astronómica de diez mil talentos (una suma tan grande que es
prácticamente impagable), es llevado ante el rey. Incapaz de pagar, el siervo
enfrenta la perspectiva de ser vendido, junto con su familia, para pagar la
deuda. En desesperación, el siervo se arrodilla y suplica paciencia,
prometiendo pagar todo. Conmovido por la compasión, el rey perdona toda la
deuda y libera al siervo.
Sin embargo, este mismo siervo, al salir de la presencia del
rey, se encuentra con un compañero siervo que le debe cien denarios (una
cantidad mucho menor y manejable). En lugar de mostrar la misma misericordia
que recibió, el siervo perdonado exige el pago inmediato y, cuando su compañero
siervo no puede pagar, lo hace encarcelar. Cuando los otros siervos presencian
esto, se sienten profundamente angustiados y lo informan al rey. El rey, al
enterarse de lo sucedido, se indigna y llama de nuevo al siervo despiadado. Lo
reprende, diciendo: "Siervo malvado, te cancelé toda esa deuda porque me
suplicaste. ¿No debías tú también tener misericordia de tu compañero siervo,
así como yo tuve misericordia de ti?" (Mateo 18,32-33). El rey luego lo
entrega a los carceleros para que lo torturen hasta que pueda pagar la deuda,
un castigo que subraya la gravedad de sus acciones.
La parábola concluye con las palabras sobrias de Jesús:
"Así tratará mi Padre celestial a cada uno de ustedes, a menos que
perdonen de corazón a su hermano o hermana" (Mateo 18:35, NVI). Esta
declaración enfatiza que el perdón no es simplemente un acto superficial, sino
que debe venir del corazón, reflejando una compasión y misericordia genuinas.
La importancia de esta parábola radica en varios aspectos
clave:
La naturaleza del perdón de Dios: La parábola destaca la
naturaleza ilimitada del perdón de Dios. La deuda de diez mil talentos
simboliza la enorme deuda de pecado que la humanidad debe a Dios, una deuda
impagable. Sin embargo, Dios, en su infinita misericordia, nos perdona
completamente cuando nos acercamos a Él en arrepentimiento. Este acto de perdón
divino es una piedra angular de la fe cristiana, que ilustra la gracia de Dios
y el poder transformador de su amor
La expectativa de perdón entre los creyentes: Así como el
rey esperaba que el siervo perdonado mostrara misericordia a su compañero
siervo, Dios espera que aquellos que han recibido su perdón extiendan la misma
gracia a los demás. Esta expectativa no es opcional, sino un aspecto
fundamental del discipulado cristiano. El perdón es un reflejo del carácter de
Dios y un testimonio del trabajo transformador del Espíritu Santo en el corazón
del creyente.
Las consecuencias de la falta de perdón: La parábola también
sirve como una advertencia sobre las consecuencias de albergar falta de perdón.
El destino del siervo despiadado, ser entregado a los carceleros, ilustra la
esclavitud espiritual y el tormento que pueden resultar de un corazón que no
perdona. La falta de perdón puede llevar a la amargura, el resentimiento y una
relación fracturada con Dios y con los demás. La advertencia de Jesús de que el
Padre celestial tratará de la misma manera a los que no perdonan subraya la
seriedad con la que Dios ve la falta de perdón.
El llamado al perdón sincero: Jesús enfatiza que el perdón
debe venir "de corazón" (Mateo 18,35). Esto significa que el
verdadero perdón no es solo una cuestión de cumplimiento externo, sino que
implica una transformación interior. Requiere dejar ir la ira, el resentimiento
y el deseo de venganza, y en su lugar, abrazar la compasión, la empatía y la
disposición a reconciliarse.
El papel de la comunidad en el perdón: La parábola también
destaca implícitamente el aspecto comunitario del perdón. La angustia de los otros
siervos ante las acciones del siervo despiadado sugiere que la comunidad de
creyentes tiene un papel en mantener y fomentar una cultura de perdón. Cuando
un miembro de la comunidad no perdona, afecta a todo el cuerpo, causando dolor
y división. Por el contrario, cuando se practica el perdón, se fomenta la
unidad, la sanación y el crecimiento dentro de la comunidad.
Además de estos aspectos clave, la parábola del siervo
despiadado resuena con temas y enseñanzas bíblicas más amplias. Por ejemplo, la
Oración del Señor, que Jesús enseñó anteriormente en su ministerio, incluye la
petición: "Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos
perdonado a nuestros deudores" (Mateo 6,12). Esta oración refuerza la
naturaleza recíproca del perdón y la expectativa de que aquellos que buscan el
perdón de Dios también deben estar dispuestos a perdonar a los demás.
Además, el apóstol Pablo repite esta enseñanza en sus
cartas. En Efesios 4:32, escribe: "Sean bondadosos y compasivos unos con
otros, perdonándose mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en
Cristo" . De manera similar, en Colosenses 3,13, Pablo insta a los
creyentes a "soportarse unos a otros y perdonarse si alguno tiene una
queja contra alguien. Perdona como el Señor te perdonó". Estos pasajes
refuerzan la idea de que el perdón es un atributo esencial de la vida
cristiana, arraigado en el ejemplo del amor y el perdón sacrificial de Cristo.
En conclusión, la parábola del siervo despiadado en Mateo
18,21-35 es una enseñanza poderosa y multifacética que subraya la importancia
del perdón en la vida de un creyente. Revela la naturaleza ilimitada de la
misericordia de Dios, la expectativa de que los creyentes extiendan esa
misericordia a los demás, las terribles consecuencias de la falta de perdón, la
necesidad de un perdón sincero y el papel de la comunidad cristiana en fomentar
un espíritu de perdón. Al encarnar los principios de esta parábola, los
creyentes pueden reflejar el carácter de Dios, experimentar la libertad que
proviene del perdón y contribuir a un mundo más compasivo y reconciliado.
ACTIVIDAD:
Haz un comic con una historia actual sobre el perdón.
Todo lo que
sabemos de San José, lo podemos entrever en la Biblia, especialmente en los
evangelios de San Mateo y San Lucas.
Su silencio
lo caracteriza y es precisamente a través de sus obras, de sus actos de fe,
confianza, y sobre todo de su amor, lo que nos descubren a San José, como un
gran santo.
Dios le
encomendó ser el padre adoptivo del niño Jesús y esposo de la Virgen María, un
privilegio y una gran responsabilidad, el santo custodio de la Sagrada Familia.
Vivió de
forma sencilla, realizando en su vida cotidiana la misión que el Padre le había
encomendado de la manera más perfecta posible, contribuyendo de este modo a la
realización del proyecto de la salvación de Dios.
La vida de
San José fue una vida de oración y silencio permaneciendo de este modo en
diálogo con Dios; trabajador y honesto para mantener a su familia; padre y
esposo, lleno de amor y compasión; obediente y de una profunda fe dejándose
llevar en manos de Dios; hombre justo y casto, cuya imagen vemos representada
por la azucena en la mano, símbolo de pureza y de su estado virginal, en la iconografía
del arte cristiano.
Podríamos
decir que la vida de San José, fue una peregrinación en la fe, que al igual que
María, ambos permanecieron fieles hasta el final, en lo que se le había
encomendado.
Virtudes destacadas de San José
· Paternidad
«José, hijo
de David, no temas tomar contigo a María tu mujer, porque lo engendrado en ella
es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús,
porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt 1, 20-21).
En esta cita
bíblica se halla el núcleo central sobre San José. Fueron destacables entre
otras virtudes, su obediencia y humildad, realizó lo mandado por el ángel y
tomó a María con todo el misterio de la maternidad.
Se abre en
esta disponibilidad y entrega absoluta al designio de Dios, que le pide el
servicio de su paternidad, cooperando de este modo en el gran misterio de la
redención; toda la vida de Jesús le ha sido confiada a su custodia.
En los
evangelios se puede ver la tarea paterna de San José, realizada en los gestos
que forman parte de la vida familiar: en su nacimiento, la circuncisión, la
presentación de Jesús en el Templo… cada acontecimiento que se va desarrollando
sobre su vida.
Se le ordena
poner el nombre de Jesús, aunque no fuera fruto suyo, de esta manera declara su
paternidad legalmente y proclamando su nombre define también su misión
salvadora: «Y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus
pecados» (Mt 1,21).
El Papa
Francisco en la Carta Apostólica «Patris Corde« menciona la cita de Pablo VI
donde se observa la paternidad manifestada concretamente «al haber hecho de su
vida un servicio, un sacrificio al misterio de la Encarnación y a la misión
redentora que le está unida; al haber utilizado la autoridad legal, que le
correspondía en la Sagrada Familia, para hacer de ella un don total de sí
mismo, de su vida, de su trabajo; al haber convertido su vocación humana de
amor doméstico en la oblación sobrehumana de sí mismo, de su corazón y de toda
capacidad en el amor puesto al servicio del Mesías nacido en su casa» (Patris
Corde, 1).
· Obediencia y fe
Vemos en su
persona como obedecía con docilidad, y siempre estaba oyente a la voz de Dios.
En cada circunstancia de su vida se ve la respuesta dirigida hacia esta
voluntad.
A través de
sus sueños, se le reveló lo que tenía que hacer y se observa en él su obediencia
sin pensar en las dificultades. Por la fe acató los caminos de Dios, en esa
confianza que el Padre había depositado en él, al elegirlo padre de su hijo.
Acoge a María
como le dice el ángel, deja a un lado sus propios razonamientos y asume lo que
se le dice. Nos enseña a acoger lo que se nos da en nuestra propia vida, aunque
no comprendamos.
«La acogida
es un modo por el que se manifiesta en nuestra vida el don de la fortaleza que
nos viene del Espíritu Santo. Solo el Señor puede darnos la fuerza para acoger
la vida tal como es, para hacer sitio incluso a esa parte contradictoria,
inesperada y decepcionante de la existencia» (Patris Corde, 4).
Se entregó
completamente a esta misión que le encomendaba y puso su vida al servicio de
ello.
Durante ella
le acompañaron dolores y gozos, pero su fe y obediencia les conducía siempre en
la confianza de que Dios estaba ahí.
Nos enseña a
creer en Dios, a tener fe aún en medio de las dificultades, miedos,
debilidades, por tanto, es necesario entonces, dejarnos abandonar en Él, para
que lleve nuestra vida, porque Él tiene siempre la última palabra y su mirada
es más amplia que la nuestra.
Aceptó todo
por amor. Vemos como al igual que María, en cada circunstancia de la vida de
José pronuncia también su «FIAT».
«Aceptó como
verdad proveniente de Dios lo que ella ya había aceptado en la anunciación…
Cuando Dios revela hay que prestarle «la obediencia de la fe», por la que el
hombre se confía libre y totalmente a Dios, prestando a Dios revelador el
homenaje del entendimiento y de la voluntad y asintiendo voluntariamente a la
revelación hecha por él» (Redemptoris custos II).
· Trabajo y silencio
San José se
caracterizó por su silencio. Un silencio respetuoso y puesto al servicio de la
escucha. Este silencio ayuda a tener una mirada hacia dentro para meditar y
conocer la voluntad de Dios.
El Papa
Benedicto dijo «dejémonos invadir por el silencio de San José«, el ruido nos
impide escuchar o percibir las grandes verdades de la vida.
Su trabajo
estaba envuelto en este silencio, era un humilde carpintero que bajo el
esfuerzo de su trabajo, supo responder con fidelidad el cumplimiento de sus deberes,
en un constante servicio.
El trabajo es
un elemento fundamental para la dignidad de la persona y él nos enseña a hacer
un trabajo justo, donde todos los dones que hemos recibido de Dios los ponemos
a su servicio.
«…José acercó
el trabajo humano al misterio de la redención» (Redemptoris custos IV). Por
ello, los trabajadores están invitados a imitarle. Es posible servir a Cristo
por medio de nuestro trabajo. «Todo cuánto que, hacedlo de corazón, como para
el Señor y no para los hombres…» (Col 3, 23s)
· Custodio de la Iglesia
Al igual que estuvo al cuidado de Jesús y
María, como padre y esposo, con un corazón que fue capaz de amar y proteger al
hijo de Dios y a su Madre, es por ello que se le encomienda también la Iglesia,
su cuerpo místico.
Se encomienda
a su protección y se le pide al igual que Él hizo, que su Iglesia colabore fielmente
en la obra de la salvación siguiendo su ejemplo y pidiendo su intercesión.
Tarea que en
la Iglesia compete a todos y a cada uno en su estado y tarea de vida.
«José, a la
vez que continúa protegiendo a la Iglesia, sigue amparando al Niño y a su madre,
y nosotros también, amando a la Iglesia, continuamos amando al Niño y a su
madre» (Patris Corde, 5).
Qué nos dice a nosotros
A modo de
conclusión, podemos ver cómo San José lo hizo todo ante los ojos de Dios, al
que sirvió ejemplarmente.
Por lo tanto,
la perfección y nuestro actuar como cristianos, en realidad se da en el
cumplimiento de lo que Dios quiere de nosotros.
Con su
ejemplo de vida nos enseña a amar, orar, sufrir, actuar rectamente para dar
gloria a Dios con nuestra vida, en cada día que se nos da.
No es tan
importante hacer «grandes cosas» sino hacer bien la tarea que debemos hacer.
«El participó
en este misterio junto con Ella, comprometido en la realidad del mismo hecho
salvífico, siendo depositario del mismo amor, por cuyo poder el eterno Padre
«nos predestino a la adopción de hijos suyos por Jesucristo» (Ef 1,5) » (Redemptoris
Custos, Introducción).
Por lo tanto,
la fe y el amor con que cada cual va tejiendo su vida en el día a día es
importante. Vivir con docilidad la voluntad del Padre, es vivir con un corazón
agradecido por todo lo que recibimos, ser conscientes de la misión que se nos
encomienda y ser fieles a ese llamamiento.
Nos enseña a
ser grandes desde la pequeñez como María (caridad), nos invita a confiar en el
creador aunque aparentemente las cosas vayan en contra (fe) y nos induce a
ponernos en camino apoyados en el cayado de la esperanza.
Festividad de San José
Celebramos su
festividad el 19 de Marzo de cada año, Día de San José.
La devoción
hacia él, comenzó en el s. IV en Oriente. Va surgiendo entre carpinteros que lo
tenían como patrono, y va poco a poco extendiéndose hasta llegar a Santa Teresa
de Jesús, muy conocida entre nosotros.
Con el Papa
Sixto IV se introduce su fiesta en el calendario romano el 19 de Marzo. Es
Gregorio V quien la estableció en 1621 fiesta de precepto (celebración que se
mantuvo hasta la reforma litúrgica del Vaticano II). A partir de entonces, van
naciendo las primeras congregaciones que llevaran su nombre.
En 1870, el
Papa Pío IX, declaró a San José «Patrono de la Iglesia Universal«, modelo de
padre y esposo custodio de la Sagrada Familia; Juan XXIII introdujo su nombre
en el canon de la misa; Pío XII lo presentó como «Patrono de los trabajadores»
y San Juan Pablo II como «Custodio del Redentor«, también muy querido por el
pueblo se le conoce como «Patrono de la buena muerte«.
El 8 de
Diciembre de 2020 el Papa Francisco con motivo del 150º aniversario de la
declaración de San José, como «Patrono de la Iglesia», escribe la Carta
Apostólica «Patris Corde» (Con corazón de padre).
Con el objeto
de acercarnos más a San José, un padre que toda su vida nos refleja el amor a
Dios y a su familia, un ejemplo de vida para todos.
Es
conociéndole cómo descubrimos este amor y podemos pedir su intercesión para
imitar sus virtudes. Su vida y ejemplo nos enseña a vivir el evangelio.
ACTIVIDAD:
Haz un dibujo libre de las virtudes de San José
El 19 de marzo se celebra en España el Día del Padre, una
fiesta muy especial para todos los padres que tienen hijos.
Este día tan especial es un buen momento para que los
niños homenajeen a sus papás y para que los padres disfruten de las muestras de
cariño de sus hijos.
El día del padre es una ocasión perfecta para fortalecer
la relación entre padres e hijos y hacer algo especial, único, diferente. No
hay que olvidar que las celebraciones son siempre un motivo de alegría para las
familias, sobre todo para los más pequeños.
Este día nos recuerda la importancia de la figura paterna
a lo largo de la historia de la humanidad. Tradicionalmente su imagen estaba
más relacionada con la manutención de la familia, la seguridad, la imposición
de la disciplina, que con las emociones. Hoy, sin embargo, reconocemos el papel
del padre en el campo de la educación infantil y en el desarrollo afectivo y
emocional de los bebés y niños.
Este tiempo se llama así porque dura cuarenta días. En la
Biblia, el 40 es un número simbólico. Como ejemplos, tenemos los 40 días que
duró el diluvio, o los 40 años que pasó el pueblo judío atravesando el desierto
hacia la tierra prometida. O bien, los 40 días de oración y preparación que
tuvo Cristo antes de iniciar su misión salvadora, ejemplo que nos ilustra de
mejor manera lo que debe significar este tiempo.
¿Cuándo
inicia la Cuaresma?
La Cuaresma cambia de fecha cada año, toda vez que la
Pascua no tiene una fecha fija. La Pascua se celebra el primer domingo de luna
llena de primavera, lo que significa que esta fecha depende del movimiento de
la luna. Una vez que ya se tiene prevista la fecha de la Pascua, se hace la
cuenta de los días hacia atrás y así se llega al inicio de la Cuaresma:
Miércoles de Ceniza.
¿Por
qué nos ponemos la ceniza el Miércoles de Ceniza?
En el pueblo judío, la ceniza significaba penitencia,
arrepentimiento, e incluso, luto. De manera que el ponernos ceniza en la cabeza
o en la frente es reconocer y expresar nuestro dolor por el pecado. Es decir,
que la ceniza tiene un sentido penitencial.
Esto, además, nos recuerda el libro del profeta Jonás.
Después de que él predicó a los pecadores, éstos se convirtieron, y para
mostrar su arrepentimiento e implorar la misericordia de Dios, se pusieron
ceniza en la cabeza.
La ceniza que se nos impone en la cabeza se obtiene de la
quema de las palmas del Domingo de Ramos del año anterior.
¿Qué hacer durante la Cuaresma?
Es un tiempo especial de oración, reflexión y revisión de
vida para descubrir qué tenemos que cambiar o mejorar. Pero también es un
tiempo para ser más misericordiosos, y es que no basta dejar a un lado la
maldad, sino hacer que la bondad supere la maldad.
En concreto, lo que hay que hacer es tratar de cumplir
con las tres propuestas que nos hace la Iglesia: limosna, oración y ayuno.
También hay que hacer obras de misericordia, tanto espirituales como
corporales, para tratar de acrecentar nuestra cercanía con Jesús nuestro Señor.
ACTIVIDAD:
DOÑA CUARESMA
Si contemplamos la tradición de la cuaresma desde el punto de vista gastronómico, esta nos dirige a un periodo de tiempo en que la cuaresma adquiere un carácter restrictivo, de ayuno. En el que hay que abstenerse de comer carne desde cuarenta días antes de la Pascua cristiana, justo después de los excesos cometidos en el Carnaval.
Ya que durante siglos ha estado prohibida una dieta en la que se incluyera la carne. El pescado y en especial los salazones de pescado y los potajes de legumbres y verduras adquirían el mayor protagonismo, ya que estos aportaban la suficiente energía sin recurrir a las proteínas cárnicas.
Entre los pescados solía haber congrio, abadejo, arenques, y el rey, el bacalao. Este se convirtió en símbolo por excelencia de los periodos de cuaresma. Solo tenemos que fijarnos en la representación de Doña Cuaresma, una vieja con siete pies (que representan a las siete semanas de penitencia) y que lleva en una mano una cesta con diferentes verduras y hortalizas y en la otra una pieza de bacalao.
CALENDARIO DE CUARESMA
La Vieja de la Cuaresma, la Cuaresmera, o la Patarrona, es un calendario popular que solía colgarse en los escaparates de los ultramarinos para anunciar la venta de bacalao en salazón durante la Cuaresma. Esta peculiar figura se representa como una anciana con siete piernas, que simbolizan las siete semanas del período cuaresmal. Cada domingo, se recortaba una de sus piernas hasta llegar al Domingo de Resurrección, cuando la carne volvía a la mesa con un banquete de celebración.
El bacalao y las verduras eran los principales alimentos de este período religioso, y por ello, la Vieja de Cuaresma, siempre se ha representado sosteniendo estos productos. Su presencia no solo era habitual en los comercios, sino también en los hogares, donde ayudaba a marcar el paso del tiempo hasta la llegada de la Pascua.
La Cuaresma, como período de ayuno y abstinencia de carne previa a la Pascua, está documentada desde el siglo XIII en la literatura francesa, y en Castilla, desde el siglo XIV, en la obra del Arcipreste de Hita, «El Libro del Buen Amor».
En Castilla, donde el acceso al pescado fresco era complicado, el bacalao en salazón se convirtió en el gran protagonista de la cocina cuaresmal. Su versatilidad en la preparación y su conservación prolongada lo convirtieron en un alimento imprescindible para la población, manteniéndose hasta hoy en muchos platos tradicionales.
1 ya era un anciano de edad avanzada, y el Señor lo
había bendecido en todo.
2 Entonces dijo al servidor más antiguo de su casa, el
que le administraba todos los bienes: "Coloca tu mano debajo de mi muslo,
3 y júrame por el Señor, Dios del Cielo y de la tierra, que no buscarás una
esposa para mi hijo entre las hijas de los cananeos, con los que estoy
viviendo, 4 sino que irás a mi país natal, y de allí traerás una esposa para
Isaac".
5 El servidor le dijo: "Si la mujer no quiere venir
conmigo a esta tierra, ¿debo hacer que tu hijo regrese al país de donde
saliste?".
6 "Cuídate muy bien de llevar allí a mi hijo",
replicó
7 "El Señor, Dios del cielo, que me sacó de mi casa
paterna y de mi país natal, y me prometió solemnemente dar esta tierra a mis
descendientes, enviará su Ángel delante de ti, a fin de que puedas traer de
allí una esposa para mi hijo.
8 Si la mujer no quiere seguirte, quedarás libre del
juramento que me haces; pero no lleves allí a mi hijo".
9 El servidor puso su mano debajo del muslo de , su
señor, y le prestó juramento respecto de lo que habían hablado.
10 Luego tomó diez de los camellos de su señor, y
llevando consigo toda clase de regalos, partió hacia Arám Naharaim, hacia la
ciudad de Najor.
11 Allí hizo arrodillar a los camellos junto a la fuente,
en las afueras de la ciudad. Era el atardecer, la hora en que las mujeres salen
a buscar agua.
12 Entonces dijo: "Señor, Dios de , dame hoy una
señal favorable, y muéstrate bondadoso con mi patrón .
13 Yo me quedaré parado junto a la fuente, mientras las
hijas de los pobladores de la ciudad vienen a sacar agua.
14 La joven a la que yo diga: "Por favor, inclina tu
cántaro para que pueda beber", y que me responda: "Toma, y también daré de
beber a tus camellos", esa será la mujer que has destinado para tu servidor
Isaac. Así reconoceré que has sido bondadoso con mi patrón".
15 Aún no había terminado de hablar, cuando Rebeca, la
hija de Betuel "el cual era a su vez hijo de Milcá, la esposa de Najor, el
hermano de " apareció con un cántaro sobre el hombro.
16 Era una joven virgen, de aspecto muy hermoso, que
nunca había tenido relaciones con ningún hombre. Ella bajó a la fuente, llenó
su cántaro, y cuando se disponía a regresar, 17 el servidor corrió a su
encuentro y le dijo: "Por favor, dame un trago de esa agua que llevas en
el cántaro".
18 "Bebe, señor", respondió ella, y bajando el
cántaro de su hombro, se apresuró a darle de beber.
19 Después que lo dejó beber hasta saciarse, añadió:
"También sacaré agua hasta que tus camellos se sacien de beber".
20 En seguida vació su cántaro en el bebedero, y fue
corriendo de nuevo a la fuente, hasta que sacó agua para todos los camellos.
21 Mientras tanto, el hombre la contemplaba en silencio,
deseoso de saber si el Señor le permitiría lograr su cometido o no.
22 Cuando los camellos terminaron de beber, el hombre
tomó un anillo de oro que pesaba medio siclo, y lo colocó en la nariz de la
joven; luego le puso en los brazos dos pulseras de diez siclos.
23 Después le preguntó: "¿De quién eres hija? ¿Y hay
lugar en la casa de tu padre para que podamos pasar la noche?".
24 Ella respondió: "Soy la hija de Betuel, el hijo
que Milcá dio a Najor". 25 Y añadió: "En nuestra casa hay paja y
forraje en abundancia, y también hay sitio para pasar la noche".
26 El hombre se inclinó y adoró al Señor, 27 diciendo:
"Bendito sea el Señor, Dios de mi patrón , que nunca dejó de manifestarle
su amor y su fidelidad. Él ha guiado mis pasos hasta la casa de sus
parientes".
28 Entretanto, la joven corrió a llevar la noticia a la
casa de su madre.
29 Rebeca tenía un hermano llamado Labán.
30 Este, apenas vio el anillo y las pulseras que traía su
hermana, y le oyó contar todo lo que el hombre le había dicho, salió
rápidamente y se dirigió hacia la fuente en busca de él. Al llegar, lo encontró
con sus camellos junto a la fuente.
31 Entonces le dijo: "¡Ven, bendito del Señor! ¿Por
qué te quedas afuera, si yo he preparado mi casa y tengo lugar para los
camellos?".
32 El hombre entró en la casa. En seguida desensillaron
los camellos, les dieron agua y forraje, y trajeron agua para que él y sus acompañantes
se lavaran los pies.
33 Pero cuando le sirvieron de comer, el hombre dijo:
"No voy a comer, si antes no expongo el asunto que traigo entre manos".
"Habla", le respondió Labán.
34 Él continuó: "Yo soy servidor de .
35 El Señor colmó de bendiciones a mi patrón y lo hizo
prosperar, dándole ovejas y vacas, plata y oro, esclavos y esclavas, camellos y
asnos.
36 Y su esposa Sara, siendo ya anciana, le dio un hijo, a
quien mi patrón legó todos sus bienes.
37 Ahora bien, mi patrón me hizo prestar un juramento,
diciendo: ‘No busques una esposa para mi hijo entre las hijas de los cananeos,
en cuyo país resido.
38 Ve, en cambio, a mi casa paterna, y busca entre mis
familiares una esposa para mi hijo’.
39 ¿Y si la mujer se niega a venir conmigo?, le
pregunté.
40 Pero él me respondió: "El Señor, en cuya presencia he
caminado siempre, enviará su Ángel delante de ti, y hará que logres tu
cometido, trayendo para mi hijo una esposa de mi propia familia, de mi casa
paterna.
41 Para quedar libre del juramento que me haces, debes
visitar primero a mis familiares. Si ellos no quieren dártela, el juramento ya
no te obligará".
42 Por eso hoy, al llegar a la fuente, dije: Señor, Dios
de mi patrón , permíteme llevar a cabo la misión que he venido a realizar.
43 Yo me quedaré parado junto a la fuente, y cuando salga
una joven a buscar agua, le diré: Déjame beber un poco de agua de tu cántaro.
44 Y si ella me responde: Bebe, y también sacaré agua
para que beban tus camellos, esa será la mujer que tú has destinado para el
hijo de mi señor.
45 Apenas terminé de decir estas cosas, salió Rebeca con
un cántaro sobre el hombro. Y cuando bajó a la fuente para sacar agua, le dije: Por favor, dame de beber.
46 Ella se apresuró a bajar el cántaro de su hombro y
respondió: "Bebe, y también daré de beber a tus camellos". Yo bebí, y ella dio
agua a los camellos.
47 Después le pregunté: "¿De quién eres hija?". "Soy hija
de Betuel, el hijo que Milcá dio a Najor", respondió ella. Yo le puse el anillo
en la nariz y las pulseras en los brazos, 48 y postrándome, adoré y bendije al
Señor, el Dios de, que me guio por el buen camino, para que pudiera llevar al
hijo de mi patrón una hija de su pariente.
49 Y ahora, si ustedes están dispuestos a ofrecer a mi
patrón una auténtica prueba de amistad, díganmelo; si no, díganmelo también.
Así yo sabré a qué atenerme".
50 Labán y Betuel dijeron: "Todo esto viene del
Señor. Nosotros no podemos responderte ni sí ni no.
51 Ahí tienes a Rebeca: llévala contigo, y que sea la
esposa de tu patrón, como el Señor lo ha dispuesto.
52 Cuando el servidor de oyó estas palabras, se postró en
tierra delante del Señor.
53 Luego sacó unos objetos de oro y plata y algunos
vestidos, y se los obsequió a Rebeca. También entregó regalos a su hermano y a
su madre.
54 Después él y sus acompañantes comieron y bebieron, y
pasaron la noche allí. A la mañana siguiente, apenas se levantaron, el servidor
dijo: "Déjenme regresar a la casa de mi patrón".
55 El hermano y la madre de Rebeca respondieron:
"Que la muchacha se quede con nosotros unos diez días más. Luego podrás
irte".
56 Pero el servidor replicó: "No me detengan, ahora
que el Señor me permitió lograr mi cometido. Déjenme ir, y volveré a la casa de
mi patrón".
57 Ellos dijeron: "Llamemos a la muchacha, y
preguntémosle qué opina". 58 Entonces llamaron a Rebeca y le preguntaron:
"¿Quieres irte con este hombre?". "Sí", respondió ella.
59 Ellos despidieron a Rebeca y a su nodriza, lo mismo
que al servidor y a sus acompañantes, 60 y la bendijeron, diciendo:
"Hermana nuestra, que nazcan de ti
millares y decenas de millares;
y que tus descendientes conquisten
las ciudades de sus enemigos".
61 Rebeca y sus sirvientas montaron en los camellos y
siguieron al hombre. Este tomó consigo a Rebeca, y partió.
62 Entretanto, Isaac había vuelto de las cercanías del
pozo de Lajai Roí, porque estaba radicado en la región del Négueb.
63 Al atardecer salió a caminar por el campo, y vio venir
unos camellos.
64 Cuando Rebeca vio a Isaac, bajó del camello
65 y preguntó al servidor: "¿Quién es ese hombre que
viene hacia nosotros por el campo?". "Es mi señor", respondió el
servidor. Entonces ella tomó su velo y se cubrió.
66 El servidor contó a Isaac todas las cosas que había
hecho,
67 y este hizo entrar a Rebeca en su carpa. Isaac se casó
con ella y la amó. Así encontró un consuelo después de la muerte de su madre.
Génesis 25, 20-28
Madre de dos naciones
20. Tenía Isaac cuarenta años cuando tomó por mujer a
Rebeca, hija de Betuel, el arameo de Paddán Aram, y hermana de Labán el arameo.
21. Isaac suplicó al Señor en favor de su mujer, pues era estéril, y Él
le fue propicio, y concibió su mujer Rebeca.
22. Pero los hijos se entrechocaban en su seno. Ella se
dijo: «Siendo así, ¿para qué vivir?» Y fue a consultar al Señor.
23. Y Él le respondió: «Dos pueblos hay en tu vientre,
dos naciones que, al salir de tus entrañas, se dividirán. La una oprimirá a la
otra; el mayor servirá al pequeño.»
24. Cumpliéndose los días de dar a luz, y resultó que había dos
mellizos en su vientre.
25 El que salió primero era rubio, y estaba todo cubierto
de vello, como si tuviera un manto de piel. A este lo llamaron Esaú.
26 Después salió su hermano, que con su mano tenía
agarrado el talón de Esaú. Por ello lo llamaron Jacob. Cuando nacieron, Isaac
tenía sesenta años.
27 Los niños crecieron. Esaú se convirtió en un hombre
agreste, experto en la caza. Jacob, en cambio, era un hombre apacible y apegado
a su carpa.
28 Isaac quería más a Esaú, porque las presas de caza
eran su plato preferido; pero Rebeca sentía más cariño por Jacob.
Explicación:
Dos naciones están en tu seno fue un anuncio profético de
que Jacob estaba destinado a convertirse en el padre de las doce tribus de
Israel y patriarca del pueblo elegido de Dios. Por el contrario, Esaú se
convertiría en el progenitor de la nación de Edom (Edomitas)
Historia de Esaú y Jacob (Génesis 25,30;
32,3; 36,1; 36, 30).
La rivalidad entre hermanos que había comenzado con los
empujones en el vientre materno continuaría a lo largo de sus vidas y sería
heredada por las naciones que estos gemelos engendrarían.