Tercer Curso
22 de marzo de 2024
17 de marzo de 2024
NOS PREPARAMOS PARA LA SEMANA DE PASIÓN
Luis se siente muy importante porque su grupo musical ha sido invitado a una audición a un programa de televisión parecido a American Idol, llamado La Mejor Banda del Mundo. SUPERLIBRO interviene y lleva a Luis, Anita y Tuercas de regreso en el tiempo a Jerusalén donde Luis aprende de Jesús, que aunque Jesús es famoso, él se hizo humilde y sirvió a otros.
Luis discute con su mamá, Fabi. SUPERLIBRO interviene y en un episodio especial, se lleva a Luis, Anita, Tuercas y Fabi de regreso en el tiempo, para un encuentro con María, la madre de Jesús, en el tiempo de la crucifixión de su hijo. Cuando Superlibro regresa la familia a casa, un Luis más sabio se disculpa por su discusión y su relación es restaurada.
10 de marzo de 2024
CELEBREMOS SAN JOSÉ Y EL DÍA DEL PADRE
Todo lo que sabemos de San José, lo podemos entrever en la Biblia, especialmente en los evangelios de San Mateo y San Lucas.
Su silencio lo caracteriza y es precisamente a través de sus obras, de sus actos de fe, confianza, y sobre todo de su amor, lo que nos descubren a San José, como un gran santo.
Dios le encomendó ser el padre adoptivo del niño Jesús y esposo de la Virgen María, un privilegio y una gran responsabilidad, el santo custodio de la Sagrada Familia.
Vivió de forma sencilla, realizando en su vida cotidiana la misión que el Padre le había encomendado de la manera más perfecta posible, contribuyendo de este modo a la realización del proyecto de la salvación de Dios.
La vida de San José fue una vida de oración y silencio permaneciendo de este modo en diálogo con Dios; trabajador y honesto para mantener a su familia; padre y esposo, lleno de amor y compasión; obediente y de una profunda fe dejándose llevar en manos de Dios; hombre justo y casto, cuya imagen vemos representada por la azucena en la mano, símbolo de pureza y de su estado virginal, en la iconografía del arte cristiano.
Podríamos decir que la vida de San José, fue una peregrinación en la fe, que al igual que María, ambos permanecieron fieles hasta el final, en lo que se le había encomendado.
Virtudes destacadas de San José
· Paternidad
«José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer, porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt 1, 20-21).
En esta cita bíblica se halla el núcleo central sobre San José. Fueron destacables entre otras virtudes, su obediencia y humildad, realizó lo mandado por el ángel y tomó a María con todo el misterio de la maternidad.
Se abre en esta disponibilidad y entrega absoluta al designio de Dios, que le pide el servicio de su paternidad, cooperando de este modo en el gran misterio de la redención; toda la vida de Jesús le ha sido confiada a su custodia.
En los evangelios se puede ver la tarea paterna de San José, realizada en los gestos que forman parte de la vida familiar: en su nacimiento, la circuncisión, la presentación de Jesús en el Templo… cada acontecimiento que se va desarrollando sobre su vida.
Se le ordena poner el nombre de Jesús, aunque no fuera fruto suyo, de esta manera declara su paternidad legalmente y proclamando su nombre define también su misión salvadora: «Y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt 1,21).
El Papa Francisco en la Carta Apostólica «Patris Corde« menciona la cita de Pablo VI donde se observa la paternidad manifestada concretamente «al haber hecho de su vida un servicio, un sacrificio al misterio de la Encarnación y a la misión redentora que le está unida; al haber utilizado la autoridad legal, que le correspondía en la Sagrada Familia, para hacer de ella un don total de sí mismo, de su vida, de su trabajo; al haber convertido su vocación humana de amor doméstico en la oblación sobrehumana de sí mismo, de su corazón y de toda capacidad en el amor puesto al servicio del Mesías nacido en su casa» (Patris Corde, 1).
· Obediencia y fe
Vemos en su persona como obedecía con docilidad, y siempre estaba oyente a la voz de Dios. En cada circunstancia de su vida se ve la respuesta dirigida hacia esta voluntad.
A través de sus sueños, se le reveló lo que tenía que hacer y se observa en él su obediencia sin pensar en las dificultades. Por la fe acató los caminos de Dios, en esa confianza que el Padre había depositado en él, al elegirlo padre de su hijo.
Acoge a María como le dice el ángel, deja a un lado sus propios razonamientos y asume lo que se le dice. Nos enseña a acoger lo que se nos da en nuestra propia vida, aunque no comprendamos.
«La acogida es un modo por el que se manifiesta en nuestra vida el don de la fortaleza que nos viene del Espíritu Santo. Solo el Señor puede darnos la fuerza para acoger la vida tal como es, para hacer sitio incluso a esa parte contradictoria, inesperada y decepcionante de la existencia» (Patris Corde, 4).
Se entregó completamente a esta misión que le encomendaba y puso su vida al servicio de ello.
El 19 de marzo se celebra en España el Día del Padre, una fiesta muy especial para todos los padres que tienen hijos.
Este día tan especial es un buen momento para que los niños homenajeen a sus papás y para que los padres disfruten de las muestras de cariño de sus hijos.
El día del padre es una ocasión perfecta para fortalecer la relación entre padres e hijos y hacer algo especial, único, diferente. No hay que olvidar que las celebraciones son siempre un motivo de alegría para las familias, sobre todo para los más pequeños.
Este día nos recuerda la importancia de la figura paterna a lo largo de la historia de la humanidad. Tradicionalmente su imagen estaba más relacionada con la manutención de la familia, la seguridad, la imposición de la disciplina, que con las emociones. Hoy, sin embargo, reconocemos el papel del padre en el campo de la educación infantil y en el desarrollo afectivo y emocional de los bebés y niños.
3 de marzo de 2024
MUEJERES DE LA BIBLIA: SARA
Sara, fue la esposa de Abraham que admiraba de ella su don de profecía y su inteligencia, escuchando todos sus consejos; y madre de Isaac.
Su nombre original era Sarai pero Dios lo cambió a “Sara” antes de concederle el tener un hijo a la edad de 90 años.
Sara tiene el honor de ser la única mujer de la Biblia cuya edad al morir —127 años— quedó registrada, lo que indica el gran respeto que se le muestra en su calidad de madre del pueblo hebreo.
El apóstol Pedro citó a Sara como ejemplo de mujer santa entregada a Dios y poseedora de una belleza espiritual interior (Génesis, 11–23; Isaías 51,2; 1 Pedro 3,4–6).
Es la única mujer en la Biblia a la que Dios habla directamente.
Sara (hebreo para “princesa”, otra forma es Sarai, palabra cuyo significado es dudoso, se encuentra en pasajes anteriores a Gn. 17,15)
Fue la esposa de Abraham y también su hermanastra (Gn. 12,15; 20,2). No encontramos otro relato sobre su parentesco.
Cuando Abraham va a Egipto debido a la hambruna, induce a Sara, quien aun a los sesenta y cinco años de edad era hermosa, a que dijera que era su hermana, tras lo cual ella es tomada para esposa del Rey de Egipto, quien, sin embargo, la devuelve después de una amonestación divina (Gn. 12).
En un relato distinto (Gn. 20), ella es tomada en condiciones similares por Abimélek, rey de Guerar, y devuelta igualmente a Abraham por una intervención divina.
Después de haber sido estéril hasta los noventa años de edad, Sara, en cumplimiento de la promesa Divina, da a luz a Isaac (Gn. 21,1-7).
Más tarde la encontramos, debido a su envidia, maltratando a su sierva Agar la egipcia, quien le ha dado un hijo a Abraham, y finalmente lo obliga a echar a la esclava y a su hijo Ismael (Gn. 21).
Sara vivió hasta la edad de ciento veintisiete años, y al morir fue sepultada en la cueva de Makpelá en Hebrón (Gn. 23).
Isaías 51,2 se refiere a Sara como la madre del pueblo escogido. San Pedro alaba su sumisión a su esposo (1 Ped. 3,6). Otras referencias del Nuevo Testamento respecto a Sara se encuentran en Rom. 4,19; 9,9; Gál. 4,22-23; y Heb. 11,11.
Fuente: Driscoll, James F. "Sara." The Catholic Encyclopedia. Vol. 13. New York: Robert Appleton Company, 1912.
Traducido por Giovanni E. Reyes. L H M
Fuente Enciclopedia católica
25 de febrero de 2024
LOS MILAGROS DE JESÚS
Jesús como hombre nació, creció, sintió, actuó, padeció y murió, pero Jesús también es Hijo de Dios y como tal fue anunciado por los profetas y los ángeles, nos da a conocer a Dios como Padre y nos demuestra su amor a través de los milagros, signos del amor de Dios, que es la buena noticia que Jesús nos trae.
Jesús convivió con todos, pero especialmente con las personas que son consideradas inferiores por su trabajo, por su condición o por su enfermedad, acercándose a ellas, escuchándolas, tocándolas, curándolas, porque Jesús tiene el amor de Dios.
Jesús estaba atento a las necesidades de los demás, daba de comer a los hambrientos multiplicando los panes y los peces, curando enfermedades o resucitando a los muertos, estas acciones son: "Milagros"
Los milagros por tanto son el lenguaje de Dios, signos de su existencia y de su amor, es su lenguaje privado a través de Jesús.
Sus milagros manifiestan que Él es verdaderamente Dios, manifiestan su omnipotencia y su divinidad, su amor por el hombre.
Los milagros de Jesús pueden dividirse en cinco grupos:
1.- Sobre la naturaleza
2.- De curación física
3.- De liberación demoníaca
4.- Victorias sobre voluntades hostiles
5.- Resurrecciones
Jn 2, 1-11
1. Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús.
2. Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos.
3. Y, como faltara vino, porque se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: «No tienen vino.»
4. Jesús le responde: «¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora.»
5. Dice su madre a los sirvientes: «Haced lo que él os diga.»
6. Había allí seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los judíos, de dos o tres medidas cada una.
7. Les dice Jesús: «Llenad las tinajas de agua.» Y las llenaron hasta arriba.
8. «Sacadlo ahora, les dice, y llevadlo al maestresala.» Ellos lo llevaron.
9. Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, como ignoraba de dónde era (los sirvientes, los que habían sacado el agua, sí que lo sabían), llama el maestresala al novio
10. y le dice: «Todos sirven primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino bueno hasta ahora.»
11. Así, en Caná de Galilea, dio Jesús comienzo a sus señales. Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos.
18 de febrero de 2024
JESÚS NOS ENSEÑA POR MEDIO DE LA PALABRA - LAS PARÁBOLAS
¿Qué son las parábolas?
Las parábolas son relatos, historias escuetas, claras, sencillas, y su finalidad es transmitir una enseñanza del modo más comprensible y fácil de recordar.
En todas destaca la pequeñez de los comienzos; y el crecimiento progresivo de este Reino; su fuerza regeneradora para los llamados por Dios a la salvación, que alcanzarán si corresponden a esa vocación.
Jesús predica utilizando parábolas, es decir, ejemplos vivos, imágenes tomadas de la vida ordinaria, dándoles contenidos ricos y amplios. Después un año de recorrer los caminos de Palestina, predicando el Evangelio del Reino y confirmando su doctrina con innumerables milagros. Muchos creen, otros no. Jesús habla del Reino de Dios con tacto y utiliza parábolas en las que, sin ocultar que está diciendo cosas nuevas incita a los oyentes a interesarse y les advierte: "!quién tenga oídos para oír, que oiga". Entenderán los que tengan un corazón dispuesto a la conversión a Dios con el rechazo del pecado, también en sus formas más sutiles.
Imagina que eres un pastor y tienes 100 ovejas. Son tus
amiguitas y las cuidas con mucho amor. Entre todas las ovejas, hay una en
particular que es juguetona y curiosa, pero también un poco distraída. Esta
oveja siempre se aleja del rebaño y explora por su cuenta.
Un día, mientras estás contando a tus ovejitas, te das
cuenta de que falta una. ¡Oh no! Te das cuenta de que la ovejita juguetona y
curiosa se ha perdido. Te preocupas mucho y decides dejar a las 99 ovejas en un
lugar seguro mientras buscas a la oveja perdida.
Caminas y caminas, buscando por todas partes, hasta que finalmente la encuentras en un lugar peligroso. Estás tan feliz de haber encontrado a la ovejita perdida que decides cargarla en tus brazos y llevarla de vuelta al rebaño.
Con mucho cuidado, el pastor levanta a la oveja y la
carga en sus brazos para llevarla de regreso al rebaño. Durante el camino de
vuelta a casa, el pastor le habla suavemente y le recuerda lo importante que es
estar siempre cerca de su amoroso rebaño.
Cuando llegas, llamas a tus amigos y vecinos y les dices:
“¡Alégrense conmigo, porque he encontrado a mi ovejita perdida!”. Todos se
alegran contigo y celebran que la oveja perdida ha sido encontrada.
“¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si
perdiere una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va a la
que se perdió, hasta que la halle? Y
hallada, la pone sobre sus hombros gozoso; 6
Y viniendo a casa, junta a los amigos y a los vecinos, diciéndoles:
Dadme el parabién, porque he hallado mi oveja que se había perdido”. (Lc 15,
4-7)
¿Qué
nos enseña la parábola de la oveja perdida?
Importancia
del cuidado y amor: La historia nos enseña que cada persona es
valiosa y importante para Dios, al igual que cada oveja lo es para el pastor.
Nos muestra que Dios nos cuida, nos ama y siempre está dispuesto a buscarnos
cuando nos alejamos.
El
perdón y la misericordia de Dios: La parábola nos muestra
que, sin importar cuán lejos nos hayamos alejado o cuán equivocados hayamos
estado, Dios siempre está dispuesto a perdonarnos y recibirnos de nuevo. Nos
enseña sobre la misericordia de Dios y su deseo de que nos arrepintamos y
volvamos a Él.
La
importancia de arrepentirse: La historia nos muestra que
es necesario reconocer nuestros errores y arrepentirnos para poder experimentar
el amor y el perdón de Dios. Nos enseña que cuando nos arrepentimos, Dios se
alegra y celebra nuestra vuelta.
El
amor de Dios por todos: La parábola destaca que Dios no muestra
favoritismo, sino que su amor y cuidado se extienden a todas las personas, incluso
a aquellos que se consideran pecadores. Nos enseña que no importa cuál haya
sido nuestro pasado o nuestras acciones, siempre podemos volver a Dios y
encontrar su amor y aceptación.