Desarrollar la
competencia en comunicación lingüística, en especial la comprensión lectora, y
descubrir la necesidad que tenemos los seres humanos de relacionarnos y comunicarnos
con los demás.
Profundizar en el
mensaje central de la unidad, trabajando la emoción de la admiración y la
gratitud hacia la creación.
Conocer que Dios es
el creador del mundo y de las personas que lo habitan.
Comprender por qué
Dios nos regala la creación y reflexionar sobre las consecuencias que tiene
recibir este regalo.
TRABAJO CON LAS
EMOCIONES
Conciencia de las propias emociones
Ante la
creación de Dios pueden surgir diferentes emociones: asombro, admiración,
fascinación... Al ver cómo se desarrolla la creación, cómo se nos va
presentando, aparecen emociones como la curiosidad ante lo extraño y
desconocido, el interés por conocer más, la preocupación por lo que se destruye
o degrada, o el simple placer de contemplar lo creado. Al saber que es un regalo
de Dios, emana la gratitud espontánea y el sentimiento de unirse a Dios por ser
su hijo y heredero.
La autoestima
Reconocerse
y sentirse hijo de Dios mejora nuestra autoestima.
Hacer ver
a los alumnos la importancia de que Dios nos considere, a cada uno de nosotros,
objeto de sus beneficios: soy el que recibe un regalo de Dios, Dios me tiene
encuenta y me quiere.
Leer el relato de la
creación y tomar conciencia de que el ser humano ocupa un lugar único en la
misma. Hombre y mujer son los únicos seres creados a imagen y semejanza de
Dios.
Reconocer la
necesidad de manifestar la emoción de agradecimiento al sentirse “favorito”,
así como la responsabilidad, que eso conlleva respecto a la naturaleza.
TRABAJO CON LAS
EMOCIONES
Regulación emocional
El relato
del Génesis es un punto de partida para comprender y reflexionar sobre el placer
de crear algo y compartirlo con los demás sin esperar nada a cambio, haciéndolo
con plena gratuidad y sin esconderlo ni disfrutarlo uno solo.
Proponemos
descubrir la satisfacción que da hacer algo con las propias manos o a partir de
las capacidades de uno mismo y ofrecérselo a los demás. En este sentido,
podemos poner como ejemplo el sentido que tienen los trabajos
que hacen
los niños en clase para los padres, familiares o amigos, y cómo se sienten
estos al recibirlos.
Habilidades socioemocionales: la empatía
Hacer
pensar a los niños que no solo nos emociona hacer un regalo, sino también ver la
cara de felicidad y gratitud que ponen los demás el recibirlo. Es necesario
fomentar estas actitudes de entrega y generosidad que hacen más feliz al resto
de las personas. Hacer felices a los demás nos hace más felices a nosotros
mismos.
Pretendemos que el
alumno descubra la emoción de la admiración ante el mundo que nos rodea, la
obra de Dios.
Motivar a los alumnos
sobre el tema en cuestión: explicarles que Dios ha creado la naturaleza y nos la
regala para que la disfrutemos y cuidemos. Dios creó todo para el hombre.
Hacerles ver la extensa diversidad de seres que habitan
en la naturaleza y la importancia de nuestra responsabilidad en su cuidado y
conservación
La conciencia emocional se trabaja desde dos ámbitos:
·Emociones ajenas
Observar las
expresiones y los gestos de las personas es un modo de identificar las emociones
de los demás. Si miramos los personajes que aparecen en la ilustración, podemos
descubrir la emoción de asombro, fascinación y admiración que provoca en ellos
la naturaleza marina. Las miradas atentas de los niños y de los adultos en el
mar, el deslumbramiento de alguno de ellos son un modo de aprender a identificar
y descubrir el asombro de las personas ante lo bello, diverso e inabarcable de
la naturaleza.
·Emociones propias
La contemplación de
lo bello de la naturaleza nos produce placer y nos ayuda a sentirnos parte de
ella. Por otro lado, hacer ver a los alumnos que hay acciones que nos impiden disfrutar
de la belleza del mar porque lo ensuciamos y lo contaminamos. Insistir a los
alumnos en la idea de que cada uno es responsable de contribuir a la preservación
de la naturaleza, así como de la vida en ella.