Los
católicos estamos de fiesta porque el Primero de Noviembre se celebra a todos
los santos. Esa es la verdadera fiesta de estos días, celebrar a los monstruos
y a las brujas no es de cristianos. Celebrar el día de muertos es una tradición
de México, pero también de otros muchos lugares en España e Hispanoamérica, y
es bueno que como cristianos hagamos oración por nuestros difuntos. Pero...
¿por qué celebrar la fiesta de todos los santos? ¿Quiénes son los santos?
Los
santos no son personas diferentes de nosotros, en todos los tiempos ha habido
santos, de diferente edad, unos niños, otros jóvenes, adultos, viejitos, hay
santos y hay santas, unos flaquitos, otros gorditos, unos muy inteligentes
otros muy sencillos, algunos han nacido muy ricos otros fueron muy pobres, unos
son blancos otros negros, unos han sido santos desde pequeños, otros llevaron
una vida en la que no conocían a Dios, y se portaron muy mal, pero cuando se
encontraron con Jesús, cambiaron, y decidieron ser felices siguiéndolo.
Todos,
pero todos, estamos llamados a ser santos, Dios nos quiere santos, y para eso
nos dio el Don de la Fe, fue su regalo cuando nos bautizaron, y todos los que
estamos bautizados tenemos que ser santos, pero también tenemos que querer
serlo. El Don de la Fe es más grande que todos los superpoderes de tus héroes
favoritos y además es de verdad. Pero la fe no es para tener unos músculos muy
fuertes, o para poder volar, o ver a través de las paredes, ni para golpear a
nadie.
Ser
santos es querer seguir a Jesús, actuar como él, hacer el bien como él, amar
como él:
El Día de los Difuntos, que se celebra el 2 de noviembre, no es sin embargo un día festivo aunque sí que hay territorios de nuestro país que tiene algunas tradiciones que se han seguido celebrando hasta día de hoy. Este es además un día religioso que celebran algunas Iglesias cristianas, en memoria de los fallecidos.
En las islas Canarias este día, que se conoce como el Día de Finaos o Finados, en el pasado tenía una tradición que consistía en pasar la noche del 1 al 2 de noviembre con amigos y familiares para velar y recordar a los difuntos. La tradición ya no se mantiene de igual forma, aunque antiguamente en la noche de este día, se contaban historias sobre los difuntos, se debatía y se hablaba mientras que además se comían algunos de los frutos más tradicionales del otoño como las castañas, las nueces o las manzanadas, y todo ello acompañado de anís y ron con miel.
Laiglesias cristianas suele celebrarse una misa por este día.
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