Pretendemos que el
alumno descubra la emoción de la admiración ante el mundo que nos rodea, la
obra de Dios.
Motivar a los alumnos
sobre el tema en cuestión: explicarles que Dios ha creado la naturaleza y nos la
regala para que la disfrutemos y cuidemos. Dios creó todo para el hombre.
Hacerles ver la extensa diversidad de seres que habitan
en la naturaleza y la importancia de nuestra responsabilidad en su cuidado y
conservación
La conciencia emocional se trabaja desde dos ámbitos:
·
Emociones ajenas
Observar las
expresiones y los gestos de las personas es un modo de identificar las emociones
de los demás. Si miramos los personajes que aparecen en la ilustración, podemos
descubrir la emoción de asombro, fascinación y admiración que provoca en ellos
la naturaleza marina. Las miradas atentas de los niños y de los adultos en el
mar, el deslumbramiento de alguno de ellos son un modo de aprender a identificar
y descubrir el asombro de las personas ante lo bello, diverso e inabarcable de
la naturaleza.
·
Emociones propias
La contemplación de
lo bello de la naturaleza nos produce placer y nos ayuda a sentirnos parte de
ella. Por otro lado, hacer ver a los alumnos que hay acciones que nos impiden disfrutar
de la belleza del mar porque lo ensuciamos y lo contaminamos. Insistir a los
alumnos en la idea de que cada uno es responsable de contribuir a la preservación
de la naturaleza, así como de la vida en ella.
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